martes, 19 de julio de 2016

Cuando la condición no es sinónimo de discapacidad

Diego Iriarte González, artista plástico.
Con tan sólo 14 años, Diego Iriarte González es un artista plástico especializado en recrear personajes antagónicos del cine fantástico, en la técnica de plastilina. Cinco exposiciones y un juicioso estudio del séptimo arte, son parte de la trayectoria de este joven artista colombiano. El autismo no ha sido impedimento para desarrollar su pasión.

El Emperador Palpatine, Frankenstein, Jack, Oogie Boogie, The Momie y Nosferatus entre otros, son parte de los personajes del cine fantástico que han pasado por las manos de Diego Iriarte González, gracias a su habilidad para crear figuras con plastilina. Pese a las críticas que han recaído sobre sus gustos por los personajes oscuros, el artista ha descubierto en ellos un excelente potencial de trabajo por sus características físicas exageradas, las cuales plasma de manera detallada con la versatilidad de un experto. Así se lo han reconocido los curadores de arte y ha maravillado al público especializado.

Desde muy niño, Diego Lord Sidius, como se hace llamar en Facebook, pasaba horas jugando y creando su mundo con plastilina, temperas y crayolas. “Siempre le llamó la atención el tema de la muerte y las calaveras”, recuerda Rocío González, su mamá. No compartía con los chicos de su edad, ni paseaba en bicicleta o en patines como ellos. Fue hasta los diez años, luego de múltiples exámenes y consultas profesionales, cuando el diagnóstico médico dictaminó autismo tradicional con leve problema de lenguaje. Lo que sin duda le permitió aceptarse en la diferencia y dedicarse de lleno a desarrollar su pasión por la plástica, dejando atrás el estigma de tener que actuar como los demás.
Guiado siempre por el profesionalismo y la intelectualidad de sus padres, el pequeño creador de mundos fantásticos se nutre de la investigación exhaustiva de grandes personalidades del séptimo arte, como el director Tim Burton y de clásicos filmes como El Extraño Mundo de Jack, Frankenstein, Nosferatus, El Rey León y la saga de Star Wars.
Para Consuelo Aguilar, madrina del artista y lideresa de la comunidad en condición de discapacidad de la localidad de Kennedy, “El proceso con Diego ha sido un trabajo hermoso, interesante y de gran satisfacción, que le ha ayudado en su interconexión con los demás”.  Y no es para menos,  pues Diego Lord Sidius y sus obras han contado con el engranaje de todo un equipo profesional especializado, integrado por los maestros Antonio Castañeda –Fundación Prodisca-, Gustavo Morales Salamanca, Robinson Hernández y Emiss Caldas, de la Fundación Arte  Boca, quienes viendo su alto potencial, han logrado llevar sus obras a importantes escenarios como los pasillos del Senado de la República o la sala de importantes galerías como La Escalera. En ésta última, expuso junto a reconocidos artistas internacionales.
Con seguridad, Diego Iriarte González, a sus 14 años es uno de los pocos niños que a su edad ya tienen plena certeza de su futuro y ya sabe a qué dedicará su vida. Sólo espera poder culminar sus estudios secundarios para obtener su diploma de bachiller e ingresar a la universidad a estudiar artes plásticas y de esta manera, dedicarse de lleno a lo que le gusta hacer.
“Yo creo que Diego podría hacer una película con lo que hace. Con mi pueden lograr que editen los personajes para darles poderes y movimiento. Él puede avanzar un 100%, más de lo que una persona cree y puede ser apoyo para otros niños autistas en el mundo”.  Así lo advierte en tono vehemente Nicolás Iriarte González, su hermano menor, quien a sus 9 años ya tiene la seguridad de que en este mundo no importan las fronteras y que las personas con alguna condición tienen su propia vida y “pueden llegar más alto de lo que sus propias familias creen”.

Los cuidadores: la otra cara de la moneda
La historia del artista plástico Diego Lord Sidius es tan sólo una de las muchas historias de las más de 200.00 personas en condición de discapacidad que viven en Bogotá, según el sistema de información de la Secretaria Distrital de Salud, las cuales se encuentran en mayor concentración en las localidades de Kennedy (13.9%), Rafael Uribe (10.3%), Bosa (9.4%) y San Cristóbal (7.0%) respectivamente.
En años anteriores se ejecutó en Bogotá el proyecto 721 que permitió “atender integralmente en los territorios a las personas con discapacidad, sus familias y sus cuidadores y cuidadoras, a través de la articulación de actores, servicios y recursos para promover el desarrollo humano y contribuir con el ejercicio de sus derechos y deberes, con un enfoque diferencial y de corresponsabilidad”. Lo que permitió que cuidadores de personas con alguna condición de discapacidad como Rocío González, la madre de Diego, se vinculara a procesos locales y lograra incidir políticamente en la toma de decisiones y en la creación de redes que procuraran la visibilización de las personas en condición de discapacidad, sus cuidadores y sus familias.
“Los cuidadores tienden a encerrarse en su mundo y por eso nunca salen a la luz. Con el proyecto 721 logramos beneficios y capacitaciones para formar conciencia en defensa y protección de los derechos y cumplimiento de sus deberes”, añadió Rocío González.  Igualmente, intervienen espacios democráticos como los encuentros ciudadanos, desde donde hacen un llamado a la  administración actual para que no sólo se contemplen ayudas técnicas, sino otro tipo de inclusión a nivel social, económico, político o intelectual.
De igual manera urge el desarrollo de una política de inclusión transversal donde la población en condición de discapacidad esté implícita en los planes y programas de salud, educación, movilidad, vivienda, recreación y deportes, entre otros. “Pensemos en los ciegos y en los sordos ciegos, hasta para construir las obras”, concluye González. “Nosotros no podemos encasillar ni limitar a nuestros hijos por tener un diagnóstico médico.  Debemos quitarnos esas cargas psicológicas y procurar que no estén solos. Con ellos se puede salir adelante, hay personas y organizaciones dispuestas a colaborar, independiente del tipo de discapacidad que puede ser auditiva, cognitiva, física, múltiple, psicosocial, sordoceguera y visual”.
Finalmente, Consuelo Aguilar advierte que con las personas en condición de discapacidad se debe aplicar la terapia del contacto, donde el amor, el cariño y el reconocimiento de las personas, les permitan saber que les aceptamos con sus diferencias. “La idea es que con la red de familias debemos visibilizar y sensibilizar a toda la comunidad, incluyendo a las autoridades,  para obtener logros a nivel de inclusión y participación”.

Ojalá todas las personas en condición de discapacidad tuvieran el apoyo familiar y social que tiene el artista plástico Diego Lord Sidius, donde se les potencien sus habilidades y permanentemente estén recibiendo “un tierno y cálido abrazo grupal”.
Sería un verdadero aporte para construir la tan anhelada paz.