domingo, 3 de septiembre de 2017

Vida Ejemplar


Un verdadero ejemplo de vida nos da la señora Ana Elvia Navas de Tovar, quien a sus 85 años se ha consagrado como una atleta de oro, atesorando más de 300 medallas y muchas historias por contar.

Desde que tenía 12 años llegó de Zipaquirá a buscar nuevos horizontes en la capital del país, confiesa que sus familiares en esa época no se preocuparon por darle estudio por lo que se concentró a trabajar en la empresa Industrias Real, donde aprendió a hacer tejidos angostos, cordones de zapatos, galones y cintas.
Luego, casada y con cuatro hijos, se concentró en su hogar  y por aquellos vaivenes de la vida llegó a Engativá a hacer parte de las familias fundadoras de uno de los barrios más legendarios de la Localidad: La Española.



Recuerda que las casas estaban en obra gris y eran Vivienda de Interés Social, asignadas por sorteo. “No había teléfonos y para comunicarse había que salir a buscar una cabina pública en la calle”. Para ese entonces ya existía el barrio los cerezos y estaban urbanizando Quirigua, “donde las mismas familias trabajaban construyendo sus casas y al final las sorteaban. Es decir, no podían escoger, ni sabían a quien le quedaba, la casa que habían hecho”.
Cuando despuntaba los 50 años y por la invitación de una de sus hijas que practicaba atletismo, llegó al estadio El Salitre a hacer parte del club El Triángulo de Oro, donde la acogieron con cariño y la hicieron sentir como en casa. Aunque confiesa que inicialmente le costó trabajo adaptarse a la rutina de ejercicios porque por muchos años tuvo una vida sedentaria con las labores del hogar y frente a una máquina de coser, la motivación de su esposo, sus hijos y demás familia, la llenaron de energía y optimismo. “Al principio  me cansaba mucho” dice con picardía, pero aun así, siguió entrenando con vehemencia, hasta lograr lo que hoy es, gracias a su disciplina y a su espíritu dócil que le permite acatar las exigencias del deporte sin problema.
Todos los días en las mañanas, hace una hora de ejercicios de estiramiento en el polideportivo El Salitre y cuando se va acercando la competencia va más seguido a practicar, se prueba en la categoría asignada para su edad y se inscribe.
Durante los 30 años de vida atleta, ha participado en campeonatos nacionales e internacionales en ciudades como Cali, Medellín, Bucaramanga, Barranquilla, Cartagena, Popayán, Maturín (Venezuela), entre otras. En promedio participa en dos campeonatos por semestre en pruebas de 100, 200 y 400 metros y en la modalidad de relevos, con los que ha logrado cerca de 300 medallas que hoy no sólo son su orgullo sino el de su familia y su comunidad.
A sus 85 años le encanta viajar, come pocas harinas y carnes, a cambio, consume muchas verduras, frutas y agua; monta en buseta y hasta hace poco salía a estudiar todos los sábados para obtener su grado de bachiller. Otro sueño cumplido, pues recientemente el colegio CAFAM le otorgó el grado de bachiller académico y próximamente iniciará clases de inglés.
Sin duda, Ana Elvia es un ejemplo de vida para las mujeres por donde quiera que va, a quienes les recomienda que “No se enfrasquen en sus casas porque se invalidan allá encerradas. Que se integren a un grupo para hacer gimnasia, caminar, trotar, hacer estiramientos y demás”.

De Zipaquirá sólo queda el recuerdo de antaño y su hermana mayor de 91 años, con quien conversa por teléfono casi todos los días durante varias horas como quinceañera. Y es que así se siente la energía que trasmite esta mujer, como la de una mujer que hasta ahora está empezando a vivir con los deseos de aprenderlo todo, de viajar, de reír y de sacarle más medallas de honor a la vida.